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El diablo anda suelto Publicado 01-11-2015 16:11:58
@orinoco
@orinoco

Mensajes: 629

El Diablo Anda Suelto
Los lejanos campos incendiados aportaban algo de gris a un cielo sin nubes. El sol recalentaba todo con su luz y hasta las sombras eran tenues y amarillentas. Pero el que más sequedad aportaba al día era un viento cálido y sin rastros de humedad que cruzaba silbando sobre las líneas de monte que se intercalaban entre campos amarillentos.

Ese fin de semana me encontraba en la casa de mis abuelos, que estaba ubicada en ese paisaje agreste . El día se había presentado caluroso por demás y con mucho viento desde el amanecer, por lo que mi abuela me había prohibido alejarme del terreno, porque según ella, los días así el Diablo andaba suelto, además tanto calor era peligroso. Como era un chico un poco travieso en esa época no pensaba obedecerla. Adoro pescar, y muy cerca de la casa había una laguna, cómo resistirse a eso…

Cuando llegó la hora de la siesta y mis abuelos se acostaron, busqué lombrices (algo que fue bastante difícil debido a la tierra reseca), después bajé por el sendero con la caña de pescar al hombro. Aquel viento era asfixiante pues traía algo de polvo y humo; a lo lejos seguía ardiendo un campo. Apenas salí al sol me ardió la piel, y un poco extrañado miré mis brazos enrojecidos. “¡Que maldito calor!”, pensé.
Cuando alcancé la orilla de la laguna vi con lástima que estaba muy baja. En el agua parecía no haber vida. Estuve buscando con la vista pero no divisé ni un pececillo. Era raro. Como igual ya estaba allí, me senté a la sombra de un árbol después de arrojar el anzuelo y la bolla al agua, y paciente esperé un pique. Desde donde estaba veía la casa de mis abuelos, y no la descuidaba mucho rato por si los veía buscándome.

El viento no paraba de arremeter contra el paisaje calcinado, y cada vez silbaba más, y por momentos me parecía que las variaciones del silbido decían algo, y buscaba no sé qué girando la cabeza. Empecé a sentirme sofocado, tenía que humedecerme la boca constantemente y sentía las narices resecas. ¡Que calor endemoniado! Al mirar una vez más hacia la casa, mis abuelos estaban afuera, vueltos hacia donde yo me encontraba. Se había terminado mi intento de pesca. No me importó mucho porque ni habían tocado la carnada y ya no aguantaba el calor. Cuando iba subiendo por el sendero y había andado la mitad del camino, escuché que cuchicheaban detrás de mí, lo que inmediatamente me asustó, pues sabía que no podía haber nadie detrás de mí, porque me encontraba en un lugar abierto y recién había volteado hacia la laguna. Con la atención aumentada de repente por el susto, al escuchar mejor me di cuenta que no era el cuchicheo de una persona, eran los lamentos apagados de miles, tal vez millones de voces.

Cuando volteé, lo vi. Su ropa estaba toda deshilachada y hecha jirones, y bajo esta asomaba en varias partes un cuerpo esquelético, demasiado flaco para estar vivo. Tenía puesto un sombrero negro todo abollado. En la cara escurrida le resaltaba una enorme nariz aguileña y tenía los ojos pequeños y se parecían a los de un gato. Creo que grité cuando me sonrió. Lo vi muy fugazmente. En ese momento me invadió un calor abrumador. De un momento a otro estaba mirando el cielo, había caído hacia atrás. Después, en ese cielo que se estaba velando por el humo aparecieron los rostros de mis abuelos al inclinarse sobre mí. Tengo un recuerdo vago de cuando me llevaron a la casa. Ya en la cama y con ellos a mi lado, vi que mi abuelo volteó de pronto hacia la puerta, y después giró hacia mi abuela:

—Esos fueron tiros —le dijo— . Y vinieron de la casa de los vecinos (esta se encontraba como a ciento cincuenta metros de la nuestra). Voy a ver.
—Fueron tiros sí —reconoció asustada mi abuela— . En una tarde como esta no me extraña que pasen desgracias. Mira al pobrecito, tiene el cuerpo caliente por el sol. ¿Será que hay que llevarlo al doctor, o le avisamos a Claudia (mi madre) y a Franco primero? —dudó preocupada, y puso su mano en mi frente.
—Es un golpe de calor nomás. Ponle paños de agua fría en la frente y se le va. Voy a ver qué pasó. Esa fue la escopeta de Romero. Que raro que la dispare aquí...

Y mi abuelo salió del cuarto. Yo no había escuchado los disparos porque tenía un zumbido en la cabeza y apenas los entendía a ellos. Un rato después volvió al cuarto con la cara descompuesta por el terror.

—¿Qué había pasado? —lo interrogó mi abuela, y se santiguó, seguramente previendo una respuesta que la iba a aterrorizar. Por la cara de mi abuelo era obvio que era algo muy malo.
—¡Una desgracia, una desgracia! ¡El hombre debe haberse vuelto loco! ¡Pero cómo va a hacer eso...!
—¿Hacer lo qué? —preguntó mas que alarmada mi abuela.
—Te lo digo afuera. Hay que llamar a alguien... a la Policía. —comentó mi abuelo con la voz temblorosa. Los dos salieron del cuarto.

Me sentía muy mal pero igual me levanté. Experimentaba algo similar a cuando se tiene fiebre pero mucho mas intenso. Mis abuelos ni me notaron cuando salí al pasillo donde ellos hablaban. Escuché como el le narraba que el vecino había matado a toda su familia y se había matado también. Cuando les hablé voltearon sorprendidos hacia mí:

—Fue el Diablo —aseguré. Mi abuela se volvió a santiguarse al escuchar aquel nombre— Cuando pasó a mi lado iba rumbo a la casa de los vecinos –dije eso como si fuera algo muy natural, no sé por qué— . ¿No lo vieron?

Se quedaron mudos por un rato. Después dijeron que estaba desvariando por el golpe de calor y me hicieron volver al cuarto.
Nunca olvidaré ese día aterrador y trágico. Por un buen tiempo no quise ni hablar de lo que ocurrió. Cuando lo hice enseguida se apresuraron en decirme que lo del Diablo solo fue cosa de mi mente recalentada por el calor de la tarde. Me aseguraron tantas veces eso que llegué a aceptarlo; pero al recordar la cara de aquella cosa y su sonrisa me costaba creer que solo fuera mi imaginación, porque de ser así tendría que ser un recuerdo por lo menos borroso, o no recordar. Ahora estoy seguro que realmente vi al Diablo, o a un demonio. Comprendí que hasta él necesita voceros. Aunque mi abuela siempre me aseguraba que no vi nada, sé que en esa época le dijo a cuanto conocido encontró que aquella tragedia fue obra del Diablo.
01-11-2015 17:21:03
.-Friend123-.
Yo te ayudo a seguir, pero el destino lo eliges tu

Mensajes: 183



¡Que escalofriante historia!
01-11-2015 19:39:28
Javivila
Todo lo que empieza tiene su final

Mensajes: 2597

¿De quién es la historia? Es bastante entretenida.
01-11-2015 19:49:52
SirHenrry
Venezuela <3

Mensajes: 370



Muy buena historia.
01-11-2015 19:57:18
Carkopu
@HabboCarkopu

Mensajes: 628



Buena historia.
03-11-2015 15:40:57
Luu
~ Somos arena en un reloj.

Mensajes: 3694



Me ha gustado la historia, está muy bien :D
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