Recuerdo esa tarde tranquila, sin problemas de nada, acostada en mi cama, quería guardar ese momento porque no era nada especial, pero en mucho tiempo ya no sentía angustia y pensé ¿Por qué tengo que guardar momentos buenos y inconscientemente los malos? Cuando puedo guardar esos donde no hay nada en qué pensar, donde todo está bien y no lo sabes, esa tarde me dí cuenta que esos momentos tranquilos son los mejores recuerdos que puedes conservar.