Esto es un historia con personajes ficticios. No obstante, dispone de gran veracidad en todo aquello que nos rodea.

John Crosword era un estudiante de química que estaba a punto de terminar la carrera que tantos años de sudor y lágrimas le había costado. El penúltimo día de universidad, en la entrega del trabajo de final de grado, su catedrático le mencionó algo:

– Señorito Crosword, ¿ha escuchado el nuevo titular? Han detectado que los lácteos pueden llegar a ser perjudiciales para el sistema digestivo. Además, se comenta que provocan diversas alteraciones en este. ¿Tiene alguna objección acerca de ello? – sonrió a la vez que tomaba asiento en un gran sillón acolchado.

Inmediatamente, Crosword también tomó asiento y con el semblante serio comenzó a exponer su punto de vista:

–Mire, señor... los estudios de la universidad que ha mencionado ese razonamiento no me parecen discutibles pero... ¿qué es positivo actualmente? La inhalación de gases urbanos, pasando por la cafeína, el cloro presente en el agua, el exceso de ruido, las carnes procesadas, la comida rápida, el pescado, los lácteos, la sal, el azúcar, el tabaco, los propios tejidos que utilizamos... —arguyó.

El catedrático, que observaba una gran seguridad en el futuro químico objetó:

–¿Qué nos quiere decir con ello? Me temo que está tergiversando los términos, recuerde que comenzamos charlando acerca de los lácteos, los cuales son perjudiciales en la actualidad... – manifestaba el doctor mientras proyectaba el artículo en una pizarra digital.

Crosword sonrío, se levantó de su posición y dijo:

– ¿Le puedo preguntar algo?

– Por supuesto – indicó el catedrático mientras se servía una taza de café.

– Todo es malo en exceso, pero... ¿qué es bueno? ¿Sabría decirme algo que sea completamente positivo y que no provoque daño alguno? ¿De verdad piensa la población que no consumiendo esas sustancias logrará ser más saludable, vivir más años o evitar enfermedades mayores? – razonó con una impetuosa seguridad.

El catedrático, que no pudo hallar una respuesta contundente ante tal interrogante, se levantó de su asiento y decidió abandonar la estancia. A la mañana siguiente, Crosword obtuvo el aprobado que le permitió finalizar su grado de química.

"Todo es malo en exceso, sí, pero recordemos: siempre existirá algo positivo por lo que nos debamos sentir orgullosos. Sepamos ver de manera optimista cada átomo del universo; es una creación demasiado perfecta para ser ignorada..."

- John Crosword, catedrático de química en la universidad de Oxford.

Autor: Marbella2

Parece una historia totalmente verídica. Muy buena la moraleja. Felicidades.

Está muy bien el relato y es cierto :)

La historia está muy bien escrita y es amena de leer como ficción, porque dudo que en la vida real pueda pasar una situación como la que se describe.

Por cierto, mientras lo leía me acordé de Pío Baroja :)

El último párrafo me ha llegado a la patata. Un texto muy bien escrito y muy bien redactado :D