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España campeona de Europa sub19 de fútbol Publicado 19-07-2015 22:22:55
España llegaba a Grecia como uno de los favoritos para ganar el torneo sobre el papel y se marchó como campeona sobre el césped. Sin discusión. Con un juego que nadie fue capaz de frenar y que maravilló a todo el continente futbolístico. Alzó el trofeo al cielo de Katerini y se ganó el respeto, por si no lo tenía ya, de todo el mundo que rodea al fútbol.
Durante el torneo se mostraron diferentes variantes del juego, pero el día decisivo se pudo ver la mejor. Secando a una Rusia que había sido mejor en la primera fase y que llegó a la final tras golear en su semifinal. El rival era lo de menos, lo importante era que estaban los chicos de Luis de la Fuente y el único balón que había lo dominaban sin apenas sobresaltos.
Decían los jugadores españoles en los días previos a la final, que la cita ante los rusos iba a ser muy diferente a la de la fase de grupos. Estaban convencidos de ello y lo demostraron. Le quitaron la redonda a su rival desde el primer minuto y comenzaron a coleccionar ocasiones de gol para convertirse en campeones de Europa. Sobre el papel era el mejor equipo del torneo y sobre el césped, también.
La estrategia acercó el gol
Por mucho que el palo y el meta Mitryushkin lo quisieran evitar, el trofeo parecía tener dueño. Asensio, Mayoral, Ceballos, Rodrigo, Vallejo, Meré y compañía no pensaban en otra cosa. Era una oportunidad única y no la dejaron escapar.
La estrategia del equipo acercó el gol y la calidad lo atajó finalmente. Acción de tiralíneas. Ceballos al hueco para la carrera de San Emeterio, el racinguista atrás para Marco y disparo del madridista para que Mayoral aprovechara el rechace del portero. Acción perfecta de un equipo que no dejaba respirar a los rusos.
Al revés que en otros partidos, a España no le entrenaron los nervios tras el gol, supo mantener la renta y lo que era mejor, el esférico muy lejos de Sivera, que estuvo impecable en todas las acciones en las que tuvo que intervenir.
No mencionar a alguno de los jugadores ería tremendamente injusto para el afectado, ya que no hubo un solo internacional que no completara una actuación sobresaliente. La portería, la defensa, el centro del campo y la delantera fueron tan superiores que los rusos sólo pudieron frenarles a base de faltas y acciones antirreglamentarias.
Ni una sola grieta
Dicen que para ser campeón hay que sufrir, pero lo cierto es que España optó por disfrutar mejor que por pasar malos momentos. Con posesiones largas, siendo un equipo más que compacto y presionando la salida del balón en todo momento, Sivera sólo tuvo que actuar en la primera mitad. A partir de entonces fue el testigo de lujo de las acciones de sus compañeros, que también demostraron ser de lujo.
Dani Ceballos se encargó de tomar las riendas del equipo si en algún momento fue necesario. El bético fue el más regular, el mejor de un torneo que le ha mostrado al mundo. Defiende, ataca, crea y ve cosas que nadie salvo él puede ver. Disfrutará de la primera división, la categoría que ha mostrado tener.
Más allá de los nombres propios, en el seno del equipo siempre se ha hablado del grupo, de la importancia de ser un colectivo y de que todos debían remar en la misma dirección. Así fue un día más y se demostró en los cambios. Especialmente se pudo ver en Nahuel, quien aceptó su rol de revulsivo y lo hizo lo mejor que supo, a la perfección. El del Villarreal supo rematar el parido tras aprovechar un pase en profundidad de Asensio y matar ante el meta ruso. Velocidad, sangre fría y definición para disfrutar los minutos restantes.
Por mucho que se alargara el partido, Rusia no podía. No tenía argumentos y el acierto español había acabado con todas sus fuerzas. El equipo que había acabado con España en la primera fase con todo merecimiento estaba desaparecido del césped y no era por falta de intención, era consecuencia del rival que tenía al otro lado de la divisoria.
Presente y futuro
Con este título, las categorías inferiores de la selección demuestran que el estilo de juego es el correcto. Tener el balón y moverlo con velocidad es la línea a seguir de un estilo que no ha visto reflejado con títulos y éxitos su intención en las últimas épocas, pero que no debe perderse en una generación que no ha hecho más que empezar su camino hasta la gloria.
En la primera oportunidad que han tenido de demostrar su potencial, estos jugadores han llevado a su país a lo más alto. Ahora necesitan que su país crea en ellos, que sus respectivos equipos sean conscientes de las joyas que tienen entre manos y de los éxitos que pueden conseguir con ellos. El fútbol se ha abierto para una generación que aprovechó su escaparate, ahora hay que cuidarles.
Fuente: MARCA.com
