Érase una vez una tortuga que se llamaba Happyto, qué le gustaba nadar en las profundidades de los océanos con las demás tortugas, pero cada vez que veía un barco aproximarse, se sumergía y siempre le gustaba decir que oía el canto de las sirenas, como también visitaba a menudo al enorme caballito de mar, quién era su amigo y cuyo también, se proclamaba ser el rey del mar.

¡En las profundidades del Reino Coral! Habian muchos hermosos animalitos, todos eran felices hasta que... Un día llego un enorme caballito de mar, que se mudo a esa parte del mar. Este caballito de mar era muy enojón y aguafiestas; Las sirenas y las tortugas un día decidieron jugar con el enorme caballito; Entonces el caballito muy furioso, ya que era lo contrario de las sirenas y tortugas, que despues de unos días, el muy harto. El enorme caballito de mar agarro un barco y lastimo a Happyto. La sirena muy molesta quiso devolverle el favor, pero el caballito lo impedio.Despues la sirenita y la tortugita estaban muy tristes,que los amigos, decidieron hablar con el. Pero el dijo lo siguente: -Miren bestias del mar, me traeran una HabboBurger, antes de las 12:00am.Sí lo hacen me voy del Reino Coral, y si no, los mato.- -De acuerdo- dijo Happyto Entonces Happyto la tortuga valiente, fue solo, ya que la sirena no podia salir del mar. Fue a Habbo-Burger, donde conocio un humano y el humano dijó: ¡Hermosa tortugita! -Lo sé, soy hermosisima-dijo Happyto -¡¿Puedes hablar?!-dijó el humano -Claro. ¿Me puedes ayudar en algo?- -Esta bien,¿Como te ayudo? -Me compra una hamburgesa, y de recompensa, te puedes quedar conmigo. -De acuerdo :)- dijó el humano Entonces el humano compro la hamburgesa. Eran las 11:00 -Ya vuelvo humano, esperame- dijó Happyto -Ok- dijó el humano Happyto nado rapidisimo. Eran las 11:59. -10...9..8...7..6..5..4..3...2..1..- dijó el caballito. *Happyto tiro la hamburgesa a la boca* Y dijo el caballito: -Esto esta muy grasoso, y sabe a agua; Moriran.-dijó el caballito, buscando excusa. *El caballito lanzo un hechizo y...* La sirena toco el hechizo, Happyto muy triste dijó -Sirenita, no te vayas porfavor- -Adiós, recuerdame aquí-La sirena tocó su corazón -¡ERAN A LOS DOS, NO A TI!-dijo el caballito *TIRO EL HECHIZO* Happyto agarro un espejo, y le tiro el hechizo. Entonces el murio -Buena jugada, bestita de mar- dijó el caballito Happyto llorando dijó -..En mi corazón- Happyto fue a la bahia donde estaba el humano. Y Happyto el humano vivieron por siempre -FIN-

Era un día soleado, el día perfecto para ir de paseo a la playa, Happyto organizo todo en su mochila; bloqueador, gafas para el sol, comida, toallas y dinero, todo estaba listo. “Será un día emocionante, lo presiento”, pensó al salir por la puerta en dirección a su destino. Al llegar percibió el olor a agua de mar, escucho el graznido de las aves y la suave brisa rozo su piel, todas esas sensaciones juntas lo hicieron sonreír, por lo que corrió a la arena. Dando un profundo respiro extendió la toalla en el suelo, se colocó sus gafas y se recostó. Al cabo de una hora comenzó a sentir mucho calor, por lo que decidió darse un chapuzón, pero al acercarse a la orilla escucho una melodía, miro a todos lados, pero nadie más estaba ahí, “Que raro”, pensó, el agua choco con su cuerpo y este comenzó a reír, no había nada mejor que esa sensación que otorga el agua y la espuma de esta. De pronto sintió que algo lo arrastraba, era más fuerte que el poder de una simple ola, esa ola parecía encantada, porque no lo sacudía, sino que lo hundía cada vez más, en un abrir y cerrar de ojos Happyto se encontraba en un viaje en las profundidades. Miro a su alrededor y vio un grupo de tortugas que muy felizmente lo saludaron. - ¡Hola!, así que tu también fuiste llamado – Le dijo una tortuga - ¿Llamado?, ¿Qué..? - Happyto no pudo terminar la frase, las tortugas habían desaparecido, sin embargo la corriente seguía llevándolo. - ¡Hey Happyto!, ¿qué tal? – Le dijo un enorme caballito de mar que pasaba por ahí - ¿Me… me conoces? – Le respondió nervioso - Claro, aquí abajo se oyen tus aventuras, eres un héroe, felicidades - Gracias, ¿Sabes…? – El caballito de mar, ya no estaba – Ok, esto es extraño – Dijo. La corriente comenzó a dispersarse y Happyto se encontró frente a una enorme reja plateada con dorado, al lado había muros de algas con diversas flores. - Wow – Exclamo, sus ojos miraban cada detalle – Es hermoso. - Gracias – le respondieron a coro unas sirenas - ¿Sirenas?, ¿Estoy soñando?, ¡Si existen! – Les respondió sorprendido - Claro que si, pero solo nos mostramos para los que realmente tienen buen corazón, como tu Happyto - ¿Cómo pueden saberlo? - Viajas por el mundo, ayudas a la gente, todos conocen tus historias, es por eso que debes ver algo Las puertas se abrieron de par en par, mientras unos caballitos de mar se acercaban junto a un barco decorado de piedras brillantes. - Adelante, sube - ¿Yo? – pregunto dando un paso adelante - Si, tu – Le dijo una sirena alzándolo para subirlo - Gracias, son muy amables. El barco comenzó a ir de forma muy rápida, más que la corriente, más de lo que Happyto habría pensado que podía correr un barco, en pocos minutos pudo visualizar un enorme castillo, abajo estaban sirenas y peces, muchos señalaban el barco, otros sacaban fotos. Una sirena con una tiara les dio la bienvenida. - Bienvenido Happyto al Mundo Coral - Es increíble, es hermoso, no sabía que existía - Bienvenido Happyto, soy el Rey del Mundo Coral, nos honra tu visita, se que estas confundido, pero esta es una celebración para ti, ven por favor Happyto lo siguió hasta un balcón. - ¡Happyto está aquí! - ¡Yey! – exclamaron las sirenas y peces - Eres una leyenda, tus aventuras inspiraron valor y confianza para muchos, es por eso que preparamos esto para ti, nunca dejes de ser quien eres – Le dijo el Rey dándole una corona - Yo… no se qué decir, muchas gracias su majestad - ¡Que inicie la fiesta! Happyto bailo, comió y conto aventuras, todos se sacaban fotos con el y le agradecían, las horas pasaban y ya atardecía, las sirenas y el Rey se acercaron a el. - Si quieres, puedes quedarte aquí, con nosotros - Su majestad, quiero seguir viviendo aventuras y quiero seguir volviendo aquí con ustedes - Considera este mundo como tu hogar. La corriente volvió a atrapar a Happyto, de nuevo se encontraba en la playa, “Sin duda fue un día emocionante”, dijo sonriendo y agitando su brazo hacia el mar.

en las profundidades del oceano se encontraba una ciudad muy grande donde habia cada tipo de especies como peces, tortugas, entre otros, los que gobernaban alli eran un enorme caballito de mar, happyto era el mejor amigo de todos se la pasaba de aqui alla ea muy conococido en la ciudad sus mejores amigas eran las sirenas, un dia decidio happyto salir con sus amigas sirenas explorar fuera del oceano, salieron y disfrutaban de una tarde maravillosa,hasta que vieron que de lejos venia un barco con mucha musica, ellos tenian curiosidad y platicaban de que maravilloso seria poder estar en el barco eh ir mas rapido a todos lados del mar , happyto tenia el sueño de ser rey de poder tener un barco eh ir con sus amigos a todos lados,pasarla bien, y poder ayudar a los que mas lo necesiten, happyto siempre a sido muy generoso y de gran corazon, por lo que sus amigas sirenas, se pusieron a jugar en un barco abandinado hasta el fondo del mar y fingieron que happyto era el rey y hacian una pequeña fiesta y todos felices y happyto feliz de tener a las mejores amigas.

Nuestra mascota Happyto decidió tomarse unas vacaciones lejos de las salas tan llenas de habbo por lo que decidió visitar la famosa "Happylantida" y los secretos que otras tortugas decían que escondía. En el trascurso del viaje conoció a una tortuga llamada Habbyto el cual decidieron compartir su viaje e intereses por Happylantida, después de varias horas de viaje llegaron a un reino donde se encontraba cerca de la orilla del mar un barco que parecía haber sido abandonado hace varios años, decidieron ir a descansar y descubrir al día siguiente lo que aquel reino escondía en las profundidades del mar. Cuando amaneció Happyto y Habbyto se encontraron junto al barco abandonado que vieron el día anterior cuando se adentraron al barco para investigar lo que podía esconder dentro escucharon unas dulces voces que procedían de debajo de una de las tablas del barco, levantaron aquella tabla y empezó a salir luces de colores del agua por lo que al ver aquellas luces tan brillantes se adentraron bajo el mar. Una vez dentro del mar descubrieron que aquellas dulces voces y colores se trataban realmente de sirenas que guiaron su camino hasta un reino coral, la famosa "Happylantida" un reino hundido bajo el mar que aún conservaba su color y su brillo, rodeado de enormes caballitos de mar y grandes tesoros. Pero de repente... Happyto se despertó en la cama como si todo lo que hubiese vivido fuese simplemente un sueño o así se le hizo recordar ya que le costaba acordarse un poco de todo lo que había podido ver, era el mismo día pero por la mañana, como si no hubiese despertado horas antes ni hubiese viajado a aquel lugar, Happyto con ganas de contar aquel sueño a su nuevo amigo Habbyto fue a salir de su habitación del hotel cuando se dio cuenta de que tenía una nota bajo la puerta, la cual decía: Gracias por la maravillosa exploracio y haber descubierto junto a mi "Happylantida", tu amigo Habbyto el rey del reino coral.

La arena de la playa era clara y el sol brillaba con fuerza. Happyto entró al agua cristalina y poco a poco se sumergió en las profundidades del océano. Algas, corales, tortugas, peces y mil criaturas marinas vio mientras seguía su camino hacia el Reino Coral. Por fin llegó al castillo, grande y magestuoso, con una puerta de entrada abierta pero con un enorme caballito de mar impidiendo el paso. "¡Es Happyto!", le dijeron las sirenas al guardia real. Este se apartó, y nuestro protagonista entró hasta llegar a la sala central. "Debes ayudarnos. Un barco pesquero viene todas las mañanas a tirar sus redes destruyendo parte de nuestro reino", dijo el rey. Happyto, muy inteligente, planificó todo de manera perfecta y solucionó el problema. Ya no volvieron a molestar a los habitantes del Reino Coral nunca más gracias a él y fue recordado como un héroe.

Era una vez en las profundidades del mar, allá donde ningún ser humano ha puesto un pie, existe un enorme castillo en el cual, es liderado por un terrible y poderoso rey; han pasado ya más de cien años y nadie había podido salir de ese terrible lugar, en él se encuentran miles de cientos de tortugas al servicio del rey, cientos de sirenas en cubos de concentración donde aprovecha sus habilidades para defender el castillo de los más terribles depredadores... en todo lo que va de la historia solo alguien ha logrado escapar de ahí, ese logro escapar en un pequeño caballito de mar gracias al único y singular error que cometió el rey tirano, dejar un poco de felicidad en esa pequeñita tortuguita, esta lo aprovecho y logro huir, fue una terrible persecución, el rey ordeno a las sirenas que lo atrapasen, estas tenían un dispositivo que las obligaba a hacer lo que el rey quisiera, esa pequeña tortuguita tuvo mucha suerte de llegar cerca de la superficie y justo toparse con el ancla de un barco que justo estaba siendo recogido, este se tomó fuertemente de él y el barco rápidamente tomo su camino, pero una sirena logro tomarlo de una pata, a esa tortuguita le escocia demasiado la pata, casi como meter la mano dentro de una hoya hirviendo, grito como nunca pero logro zafarse y así huir... esa tortuguita vive felizmente hasta el día de hoy en un país igual de alegre que él, pero lo que no sabe es que esa marca que le dejaron en la pata ha estado cultivando un tipo de localizador natural durante varios años y el reino del coral ha estado esperando este momento para poder ir y recuperar lo que un día dejo ir... continuara... xd

Una vez un principito habbito encontro una tortuga perdida, era bebe y se sintio obligado a que busque a sus padres, pero habbito era un niño no podia irse tantas horas ni alejarse ya que el rey se preocuparia por el pero a lo lejos vio un barco y creyo que ese barco lo podia llevarlo mar adentro e introducirse a las profundidades y ayudar a la tortuguita a encontrtar a sus padres tortugas de pronto encontro un enorme caballito de mar y el ayudo a principito habbito a encontrarlos en las profundidades vio una hermosa sirena quedo encantado con su belleza y su voz, habbito pudo reunir a las tortuguitas y el regresar a su reyno y colorin colorado este cuento se ha acabado.

Las aventuras de Happyto ¡En las profundidades del mar se encuentra un aventurero llamado (Happyto) que se preocupa por el medio ambiente! Las tortugas y otros seres acuáticos como el enorme caballito de mar sufren de enfermedades en medio de la contaminación. Pero muchos seres bajo el mar no eran conscientes del daño ambiental que generaban los seres humanos. En medio de esta controversia happyto habla con las sirenas para que ahuyente a los seres humanos por que está cansado de esta injusticia Todos conmovidos por la situación se unieron para ayuntar a la tribulación donde estos seres humanos no entendían por qué los desalojaban de su propio barco. Pero Happyto fue hablar con el rey de los océanos pues es el encargado del reino coral y argumento la novedad dando conciencia al tritón y así un dialogo pacifico. Todos unidos hablaron con la tripulación y ellos entendieron el impacto que causaba en las especies del mar. ¡Todos unidos Happyto al fin pudo lograr su objetivo de que todos vivieran en armonía y Felicidad!

En las profundidades del mar se encuentra una manada de tortugas que se dirigian hacia un enorme caballito de mar y unas sirenas de voz hermosa que cantaban en una esquina de un barco, le cantaban al rey neptuno que venia a dar un gran aviso de una gran fiesta que se haria!

Esta historia empezó hace muchísimo tiempo, exactamente en el siglo XIX. Un día el tridente, más bien recordado como Happyto, se encontraba en las profundidades bajo el mar, exactamente en la Atlántida. Su verdadera función era proteger a todos los seres vivos que vivían en su Reino Coral. Happyto sabía que solo no podría con todo lo que sucedía en su entorno y pidió ayuda a sus amigas tortugas para que ayudasen a defender su reino. Una noche cualquiera lo cambiaría todo. Un misterioso y enorme caballito de mar destruiría el Reino Coral de Happyto. Se perdieron muchas vidas y cuando Happyto intentó proteger a todos, incluyendo a las tortugas mal heridas, también terminó mal herido. En la famosa ciudad Atlántida, se sabía que todos los reinos eran un apoyo u otro entre ellos, había una comunicación excelente entre los reinos. Lo que nadie se esperó jamás es que fuera el Reino Sirenus el que fuese a su rescate, formado de más de 100 mil sirenas. Cada sirena tenía su función. Unas limpiaban y arreglaban el Reino Coral, otras curaban a los heridos... Happyto sintió una gran felicidad al ver que no estaban solos ante todo ese peligro, y aunque no sabían si ese monstruo marino volvería, contaban con el apoyo de los reinos vecinos. Las sirenas se quedaron un tiempo vagando por los al rededores del Reino Coral con la esperanza de que esta pesadilla termináse pronto, y de hecho, pronto terminaría... Entre algas, se ayaba el cuerpo sin vida del enorme caballito de mar, recolzado encima de un barco abandonado y siniestro... Se percataron de que murió a causa de las múltiples heridas causadas por la destroza que hizo durante su estancia en el Reino Coral. Ellas, decidieron dejarlo allí descansando en paz. Tan pronto estuvieron de vuelta, fueron a por Happyto a contarle la situación. Lo que nadie se esperaba es que el rey Happyto lloráse por el enorme caballito de mar, y las sirenas se preguntaban, cómo alguien que defendía los suyos, sentia lástima por los malos... Y entonces Happyto dijo: <Yo no le deseo el mal a nadie, cada uno es de una forma u otra por motivos que desconocemos, yo no quería su muerte, sólo quería enseñarle a ser bueno, a quererse y a querer.> Dicen que no es solamente una historia cualquiera, si no, algo que pasó realmente y que a lo largo del tiempo, todos aprenderíamos la lección que dio el rey Happyto a las sirenas.

Había una vez un habbo llamado Happyto. Él vivía en una ciudad que no tenía playa, pero siempre había sentido gran fascinación por las profundidades de aquel hermoso lugar. Un día, al llegar a casa, se sentó en su escritorio a seguir leyendo aquel fantástico libro que trataba sobre un marinero en busca de un tesoro. Cuando acabó el capítulo que se había dejado a medias, se le empezó a nublar la vista. Apoyó sus codos sobre la mesa, y su cabeza sobre sus manos, se frotó los ojos con la esperanza de que aquella horrible sensación se fuera "será el cansancio", pensó. A su sorpresa, cuando levanto la cabeza de nuevo, la vista seguía borrosa, pero esta vez era porque se encontraba dentro de agua. Vio tenuemente la figura de unas tortugas nadando todas juntas. No entendía nada, pero no le quedaba más aire. Empezó a notar que no tenía fuerzas para salir a la superficie, a saber cuánto tiempo llevaría metido en aquella especie de sueño. Cuando ya estaba moribundo, apareció un enorme caballito de mar que, acercándose con la esperanza de que era comida, le empujó al ver que no era alimento y probablemente fuese algo peligroso, teniendo la buena suerte de caer en una roca en la profundidad del mar donde se encontraba una serie de sirenas peinándose con sus tenedores que provenían de la superficie, de los humanos. Al saber de qué ser se trataba happyto, enseguida lo subieron a la superficie, con la esperanza de que algún día su dios, Tritón, les recompensaría con unas hermosas piernas al haber ayudado a alguien que las tenía. Happyto acabó en una roca en la superficie de un océano, donde una tripulación le salvó la vida y lo ayudó a reanimarse. Cuando Happyto despertó, se vió en un barco, rodeado de una tripulación de buena vestimenta. Uno de los tripulantes le ayudó a levantarse. - Ven, muchado. Dime tu nombre. Has tenido suerte de que te encontráramos en medio de este océano. ¡Podrías haber muerto! ¿Cómo acabaste ahí? Siento tantas preguntas en tan poco tiempo, pero ve pensándolas, son las que te va a hacer el rey. Te lo voy a presentar. En ese momento, en el que entendió que estaba dentro del libro, empezó a escuchar una voz familiar de fondo. La vista se le nubló de nuevo. Era su madre llamándole para cenar. Volvía a estar en su habitación, con el libro abierto por donde dejó la lectura antes de aquella extraña ilusión.

Y llegó el gran día. Happyto iba a contraer matrimonio con Happyta, su amada tortuga. Tomaron un barco rumbo al Reino Coral. Allí todos sus amigos les estaban esperando para la gran celebración. Al llegar al medio del mar, un enorme caballito de mar, salió del agua para decirles a los novios que montaran para llevarlos a las profundidades del mar. Todos aplaudían la llegada de los novios. No faltaba nadie al evento. Todas las tortugas estaban allí. Los novios se bajaron del caballito de mar. Unas sirenas ayudaban a la novia con su largo velo. Caminaron hacia el altar y allí estaba el rey y padre de Happyta, quién concedió la mano de esta a Happyto. Una vez casados, se formó una gran fiesta en el Reino Coral, donde todos se lo pasaron genial.

Happyto en el Reino Coral Cómo todo amante de las aventuras Happyto emprendió un nuevo viaje en las profundidades del mar para visitar el Reino Coral y disfrutar de un buen rato con sus amigos; unas tortugas muy carismáticas y amistosas. En el viaje a su destino observaban asombrados las maravillosas especies marinas que no se encontraban normalmente, a Happyto siempre le había gustado ver los peces tan coloridos y exóticos moverse de un lado a otro, ¡todo el océano estaba de fiesta! Estaban tan absortos observando su alrededor que no se dieron cuenta que había un enorme caballito de mar siendo atendido por unas sirenas, Tommy el mejor amigo de Happyto fue el primero en notarlo y llamando la atención de todos sugirió ir a ayudar. Cuando llegaron al lugar las sirenas les dijeron que el caballito de mar, llamado Joy, tenía una herida en su aleta derecha muy grave causada por una malvada pandilla de tiburones que sólo se dedicaba a causar terror en las profundidades, y para ayudar a que su herida sanara debían conseguir una gema mágica. Esta tenía una esencia que podía curar en pocos minutos, pero sólo podían encontrarla en el cofre mágico que yacía en el barco del rey, el cual arribaba a la costa esa misma noche. Todas las tortugas comenzaron su nueva travesía haciendo todo lo posible por llegar rápido a la costa, que era donde se encontraba el castillo del rey, en la Isla Dorada. Al llegar a la isla lo primero que pensaron hacer era buscar a Calamarino que era uno de los secretarios del rey, él era muy amable y siempre buscaba la manera de ayudar a sus amigos tortugas. Estaban esperando a la orilla del mar cuando lo vieron a lo lejos, era sin duda el barco más grande que habían visto en sus vidas, estaban muy emocionados por conocer al Rey y así también poder hablar con Calamarino. Cuando el barco llegó a la costa rápidamente bajó el rey, era un hombre muy bajo, de cabello negro y una nariz muy graciosa, ellos al verlo se apresuraron a salir a su encuentro al igual que Calamarino. Happyto fue el primero en presentar a cada uno e informar acerca del enorme caballito de mar herido pero ni había terminado de explicarle lo sucedido cuando el rey asustado y preocupado mandó a recoger la gema mágica del cofre y se las entregó recordándoles que siempre el reino iba a estar dispuesto a ayudar a todos los que necesitan. Las tortugas, muy agradecidas, se despidieron del rey y de Calamarino, del cual no habían necesitado ayuda…bueno, todo fue más rápido de lo que pensaban que sería. Al llegar de nuevo donde se encontraba Joy, las sirenas se encargaron de atenderlo y asegurarse de que la herida hubiera sanado. Sólo bastaron dos minutos para que el caballito de mar saltara y se moviera por todo el lugar evidenciando su buen estado físico. Ya con una nueva misión cumplida el grupo de tortugas decidió invitar a Joy y a las sirenas al Reino Coral donde disfrutaron de una gran fiesta y demostraron que cuando nos ayudamos unos a otros se ganan nuevos amigos. FIN

Había una vez un gran príncipe que vivía cercas de un barco undido su gran amigo era un gran enorme caballito de mar y rodeado de hermosas sirenas el rey su padre dueño de las profundidades y tortugas pues estaba organizando una fiesta para el ya que iba a cumplir la mayoría de edad, tenia que comprobar que era merecido de tal titulo.

Era se una vez en las profundidades del océano, un valle de corales donde convivían un grupo de tortugas que decidieron crear su pequeño reino, escondidos de los demás depredadores. Un día apareció un enorme caballito de mar invitándoles a visitar el reino de las sirenas para formar una alianza contra los humanos invasores que amenazaban sus vidas. El jefe del reino acepto la invitación del enviado de las sirenas ya que tenía mucha curiosidad por estos seres de los que solo había escuchado historias; tendrían muchas ventajas al aliarse con ellos, que eran los líderes del mar. Partieron ese mismo día al anochecer. Habían pasado ya dos días de viaje cuando avistaron un barco. Decidieron esconderse y esperar que el barco los pasara pero en ese momento unos enormes tiburones los capturaron y los llevaron al barco. Los humanos se habían aliado con el tío del rey sireno, que tenía el poder de controlar a los tiburones, sus súbditos. Este quería la reliquia que mantenían las tortugas desde años antiguos. Se llamaba La Onda y permitía a su poseedor controlar las corrientes marinas a voluntad. El jefe tortuga no estaba dispuesto a entregar el artefacto a un ser malvado que lo usaría para esclavizar a las criaturas marinas así que les dijo que estaba en las lejanas tierras humanas donde ninguna criatura marina podía acceder. El malvado sireno no le creyó, porque según lo que había oído ese artefacto no podía dejar el agua y empezó a torturarlo para que le diera su paradero. En ese momento el rey sireno llego y con su tridente lucho contra su tío. Al verse en inferioridad este huyó. Todos sabían que no se rendirían por eso el jefe tortuga con sus últimas fuerzas firmo una alianza con el rey y le hizo prometer proteger a su pueblo y al artefacto. El rey sireno aceptó. Al haber extraído su promesa con su último aliento le conto la verdad. La Onda no era un artefacto sino un poder que solo residía en las tortugas. Hacia cientos de años que no nacía una tortuga con el poder, pero que esta vez su primogénito Happyto era su poseedor. Al escuchar esto el rey sireno juro que las tortugas y su pueblo siempre serian aliados y que lucharían contra su malvado tío y los humanos para que nada amenazara los mares. El jefe tortuga sonrió, depósitos sus esperanzas en él y exhaló su último respiro. Durante muchos años la existencia de las sirenas se vio vinculada a las tortugas en los cuentos míticos que contaban los humanos y seres del océano.

Happyto soñaba con conocer a más como él, soñaba con conocer otras especies. Se despertó sudando y gritando, había tenido un sueño o quizás una pesadilla, tenía un vago recuerdo, algo borroso de lo que había visto: oscuridad, peces, una enorme estructura rodeada por pequeñas sombras y un ser inmenso que se le estaba acercando. Happyto hacía lo posible por recordar lo que había visto, pero se le hacía imposible. A la mañana siguiente les contó a sus amigos sobre su sueño. Ellos no le podían creer, porque justo esa mañana había desaparecido un bote pesquero en el océano. Según testigos había sido una enorme criatura que lo arrastró a la oscuridad más profunda. Revisando viejos libros de fauna se encontró con imágenes y descripciones de tiburones blancos, ballenas blancas, mantarrayas, delfines, peces globos y en la última página, salía una tortuga marina. Pero esta era especial, debajo de la imagen había una pequeña descripción que contaba: ‘’Queen of the Turtles. Grande y poderosa, con más de 250 años de edad, fue la causante de muchos navíos hundidos. Se dice que fue cazada hace más de 50 años, pero hay pescadores que afirman lo contrario, que la han visto cara a cara y no se han atrevido a volver a acercarse al mar.’’ Happyto estaba emocionado por sus hermanos que había visto en aquel libro, quería encontrarlas, quería verlas, quería hacerles preguntas ¿Qué tal la vida en el mar? ¿Son tan rápidas? ¿Es verdad que ayudaron a cruzar a un pez payaso por las corrientes marinas para salvar a su hijo? Como sabía que sus amigos no le dejarían ir se esperó hasta la noche, cogió la escafandra de su abuelo colgada en la sala, unas aletas y salió por la puerta de su casa rumbo al mar. Se parecía a ‘’Arenita Mejillas’’ una ardilla de un programa que le gustaba ver a Happyto. A pesar de tener puesto el traje, sentía el agua fría. Ni corto ni perezoso se adentró en las PROFUNDIDADES. Negrura fue lo que le rodeó, sentía cosas moviéndose a sus alrededores, pero no los veía. Cerró los ojos y siguió pataleando hacia lo más profundo. Cuando por fin abrió los ojos, divisó muchas figuras de distintos tamaños y colores. Era un enorme arrecife, lleno de muuuuchos peces grandes, gordos, pequeños, largos. Happyto estaba boquiabierto, le sorprendió tanta variedad de peces. Con un poco de miedo se le acercó a uno bañado en un púrpura y dorado y le dije: --Hola, ¿cómo te llamas? ¿Sabes en donde puedo encontrar a más como yo? A lo que el extraño pez le responde: ¡Aléjate de mí! ¡Seguro traes suciedad en ese traje! ¿Disculpa? ¿Suciedad? ¡No, para nada! ¿Cómo te llamas? Gurgle. Me llamo Gurgle –Le responde el extraño pez— Mucho gusto, yo me llamo Happyto y soy un aventurero. He venido hasta aquí para conocer más como yo, más TORTUGAS y vivir una nueva aventura. Las vi en el libro, pero esas eran tortugas marinas y que yo sepa solamente las puedo encontrar en el mar. Ay, sí… Las asquerosas tortugas marinas –responde Gurgle-- Hace unas semanas se organizó una fiesta aquí. En el arrecife, celebrando los 30 años desde que nuestra Reina, nos salvó de que se llevaran a todos nuestros niños y destruyeran nuestro hogar. Esos malditos humanos, no tienen compasión, metiéndonos en esas redes como si no fuéramos nada. ¿Disculpa? –Le respondo-- ¿Su Reina? Sí –añade Gurgle—Nuestra Reina, la más valiente, la más inteligente y la más buena. Ella nos ha salvado muchas veces de esos humanos. Ha protagonizado grandes batallas con tal de que no se lleven a más ninguno a La Superficie. ¡Wow! La superficie no es un lugar malo –le digo con sinceridad—Me lanza una mirada amenazadora. Para ti tal vez no sea malo, pero para nosotros sí. Si tú no tuvieras ese traje, no podrías estar aquí abajo. Es lo mismo con nosotros allá arriba –dijo Gurgle-- Me encojo de hombros. Estuvo mal lo que dije. Y la Reina, ¿en dónde se encuentra? Gurgle me ve de reojo. Nadie lo sabe. Hace un mes vino un enorme bote pescador. Con una red distinta. Se veía diferente a las que siempre usaban. Estaba aquí, tirando hacia abajo. Le dispararon, esos vil y crueles le dispararon y se la llevaron. Muchos dicen que ahora está en La Superficie, otros comentan que logró escapar, pero estaba muy mal herida y cayó al abismo. Y la última y esperanzadora que logró escapar, pero ahora vaga por el océano. Happyto se quedó de piedra. No podía creer lo que le había contado Gurgle. Pero a la vez se quedó fascinado por todo lo que hizo la Reina para salvarlos. ¿Sabes en dónde puedo encontrar más tortugas marinas? A lo que Gurgle añade –No, pero ve hasta el final del arrecife, tal vez Burbujas sepa guiarte. ¿Burbujas? –Pregunto--. Sí, es un maniático por las burbujas. Ya lo conocerás. Seguí nadando hasta el final del arrecife tal como me dijo Gurgle. Veía a los niños jugar al escondite, a encontrar perlas, a saltar unos sobre todos. Llego hasta el final del arrecife y visualizo hacia abajo. Un enorme abismo, oscuro y tétrico. Me da un poco de miedo y retrocedo. Choqué contra lo que parecía ser un cofre pequeño de juguete y de él comenzaron a salir unas burbujas. Sentí un empujón, volteo a ver y me encuentro con un pez amarillo y delgado diciendo como un loco: ¡BURBUJAS, BURBUJAS, BURBUJAS. Son mis burbujas! Hola, me llamo Happyto. –Le digo-- ¿Sabes en dónde puedo encontrar más tortugas? Tú amigo me dijo que sabrías cómo guiarme. Hooola, sí, sí lo sé –responde—. Perdón por haberte asustado, me llamo Burbujas .Es que se escapaban mis burbujas. ¿Ves esa fila de mantarrayas de allá? Ahí es donde debes tomar una y te dejarán cerca de El Cementerio. Atónito le pregunto: ¿El cementerio? ¿Qué clase de lugar es ese? Es un lugar desolado con puros botes y otras creaciones humanas que se han hundido y terminaron en ese sitio. Ah, ok. ¡Muchas gracias! Me dirijo hasta una gran mantarraya y me monto sobre ella. Habían pocos peces, dos peces globos, una pareja de estrellas de mar discutiendo, una pequeña medusa y un pez cirujano azul. El pez cirujano se me acerca y me dice: ¡Hola! Me llamo Dory! ¿Y tú cómo te llamas? Yo soy Happyto. ¡Soy un aventurero! –Comento--. ¿Un aventurero? ¿Y eso qué es? ¡Soy un amante de las aventuras! Y estoy aquí porque quiero vivir una nueva aventura. También porque quiero conocer más de mi especie. ¿Más de tu especie? –añade--. Sí. ¿Las has visto? –le respondo--. Mmmmmmmmmm…. No sé, no recuerdo. Creo que sí, no estoy muy segura. Bueno, no importa. Ya deseo conocerlas. Fue un viaje largo, pero a la vez corto. Me entretuve con el paisaje. Un grupo de ballenas, tal vez una familia y a lo lejos vi una sombra grande y muy extraña, parecía una tortuga, no estoy muy seguro qué era en realidad. Pero tan rápido como apareció, desapareció. Llegué a mi destino. Me bajé de la mantarraya y fui poco a poco hasta toparme con una gran ancla oxidada en la arena. No me había percatado, pero Dory me estaba siguiendo. Este lugar me da escalofríos, es muy silencioso y verdoso. Seguimos nadando hasta toparnos con un ENORME CABALLITO DE MAR. Nos acercamos rápidamente y notamos que estaba herido, tenía un enorme agujero en su cuerpo. Nos susurró: Sal... ven... a nuestra… reina… Seguimos el camino de sangre hasta llegar a una especie de coliseo. Cubierto de muchas algas. En la entrada o lo que parecía la entrada había una especie de arpón roto, la otra mitad se encontraba clavado en una pared del coliseo. La entrada estaba custodiada por dos enormes estatuas de SIRENAS. Entramos y visualizamos el horror. Una gran malla, brillosa y a primera vista muy resistente. Tenía atrapada a un ser inmenso, rodeando la malla un grupo de peces, dos mantarrayas y muchas, pero muchas estrellas de mar. Intentando romper la robusta malla alargada que conectaba con un gran BARCO en la superficie. Dory y yo nos acercamos hasta la enorme malla y comenzamos a ayudar a los demás. Era una misión imposible, esa malla era muy dura. Los peces salían desprendidos hacia atrás, de tanto jalar. Una mantarrayas se acercaba a la superficie e intentaba morder la cuerda. La Reina y yo cruzamos nuestras miradas. Sentí el pánico y la desesperación en sus ojos, debía ayudarla. No podía acabar todo así. Recordé parte del arpón que había visto en la entrada, le dije a Dory que sostuviera parte de mi lugar. No tardaría en volver. El arpón pesaba más de lo que imaginé y eso que solo era la mitad. Lo acerqué hasta la red y no cedía, se nos acaba el tiempo. Con un gran esfuerzo intenté subirlo hasta la cuerda, me fue imposible. Entonces, aparecieron… Un grupo de tortugas marinas, enormes y rápidas. Me subieron en sus caparazones y me impulsaron hasta lo más alto, alcancé la cuerda. Le clavé el arpón con todas mis fuerzas y se soltó. La red empezó a caer y parte de la cuerda me dio un latigazo, mandándome hacia atrás y cayéndome del caparazón, lo siguiente fue negrura. Muchas sombras rodeándome, y yo, perdiendo la consciencia. Con un leve dolor de cabeza desperté. Estaba acostado sobre una gran concha. Muy cómoda y suave. Cerca de mí había dos peces amarillos con manchas verdes y también estaba Dory. Nos conocíamos hace poco tiempo, pero me alegré de haberla visto a mi lado. Me ayudaron a levantarme. Eres muy valiente, Happyto. –Comenta Dory--. Hay alguien que te espera afuera. Salimos y entonces lo vi, la enorme criatura que apareció en mis sueños. Era la misma escena, se estaba acercando una parte de él hacia mí, cuando pude verla bien. Era su enorme aleta. Gracias hijo, gracias por haberme salvado. ¿Cómo te llamas? Ha… Ha… Happyto. Me llamo Happyto. Hmmmmm. Happyto. Muy bonito nombre. Te agradezco mucho Happyto. Eres mi héroe. N… No hay problema. ¿Y usted quién es? ¿Yo? Yo soy Amanda. Cuidadora de los arrecifes y de cualquier vida marina. A lo lejos escuché que alguien gritaba: ¡Ella es Queen of the Turtles! ¡Nuestra salvadora! No lo podía creer. La Reina de las Tortugas, era ella. La que había desaparecido. No estaba muerta. Y Happyto. ¿Qué te trajo por aquí? Porque me doy cuenta de que no eres de aquí. Sí, en un libro viejo vi a mis hermanas marinas y quería conocerlas en persona. Pues qué suerte la tuya. Ya estás viendo una, una muy grande. ¿Qué te parece? Son muy veloces y fuertes, pero lo importante. ¿Qué harán ahora? ¿Se irán de este lugar? Lo más probable. Mi padre, el antiguo REY de este coliseo, él se encargaba de detener los botes pesqueros que anclaban aquí para pescar. Él fue capturado hace mucho tiempo. La gente comenta que su espíritu aún ronda por el mar. Cazando esos botes para que no vuelvan a llevarse más nunca a uno de los nuestros. En el arrecife, te extrañan, te necesitan. Creen que estás muerta. El arrecife… Siento como si llevara mucho tiempo que no estoy allá. Vamos Happyto. El viaje de regreso fue más rápido y gratificante. Nos recibieron sorprendidos, la gente estaba feliz, feliz de volver a ver a su Reina. Entre todos construimos un gran muro de rocas a su alrededor, para que, más nunca los humanos volvieran a acercarse a causar daños. Miranda, una tortuga marina que conocí en la fiesta me acompañó de vuelta a mi hogar. Estaba contento, era muy hermosa. Me invitó a futuras fiestas que se vuelvan a hacer en el arrecife y yo encantando acepté. Fue un día muuuuuy largo de aventuras. Ya tendría una nueva aventura para contarles a sus amigos.